Título: ¡Estás despedida!
Autor: Rachel Flynn
Editorial: S.M.
Isbn: 9788434888739
Nº de páginas: 112 págs
Encuadernación: tapa blanda
Lengua: castellano
Temática: literatura para niños de 9 a 12 años
Novela humorística sobre el agradecimiento y la cooperación
familiar.
Edward, un exigente niño de diez años, se levanta un día y se da cuenta de que su madre no le ha calentado la leche del desayuno, no le ha guardado los calcetines como a él le gusta... Y decide despedirla. ¿Podrá seguir el niño con su buena vida? Un libro que muestra con humor e ironía la importancia de los vínculos familiares.
Edward es un niño que está a punto de cumplir diez años y es muy exigente con su madre. Un día, se da cuenta de que su madre ha mezclado los calcetines rojos con los negros, no le ha calentado la leche del desayuno... Cuando llega a casa, decide despedir a su madre por no hacer bien su trabajo y prescindir de ella. Empieza a darse cuenta de su error, cuando su madre no sube a leerle un cuento por la noche. A partir de ese momento, tampoco lava ni cocina para él, ni le ayuda con los deberes... Edward idea mil planes para recuperarla, pero no funciona. Finalmente, gracias a su abuela, descubre la solución al problema: dar muchos besos y abrazos a su madre, y hacer cosas por ella. Además llegan a un acuerdo para que el niño le ayude en algunas cosas de la casa.
Edward, un exigente niño de diez años, se levanta un día y se da cuenta de que su madre no le ha calentado la leche del desayuno, no le ha guardado los calcetines como a él le gusta... Y decide despedirla. ¿Podrá seguir el niño con su buena vida? Un libro que muestra con humor e ironía la importancia de los vínculos familiares.
Edward es un niño que está a punto de cumplir diez años y es muy exigente con su madre. Un día, se da cuenta de que su madre ha mezclado los calcetines rojos con los negros, no le ha calentado la leche del desayuno... Cuando llega a casa, decide despedir a su madre por no hacer bien su trabajo y prescindir de ella. Empieza a darse cuenta de su error, cuando su madre no sube a leerle un cuento por la noche. A partir de ese momento, tampoco lava ni cocina para él, ni le ayuda con los deberes... Edward idea mil planes para recuperarla, pero no funciona. Finalmente, gracias a su abuela, descubre la solución al problema: dar muchos besos y abrazos a su madre, y hacer cosas por ella. Además llegan a un acuerdo para que el niño le ayude en algunas cosas de la casa.
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